martes, 21 de febrero de 2012

El Imperialismo en Asia.

 
Caricatura. Potencias europeas y Japón se reparten China.

El Imperialismo en África. Un proyecto de imperio horizontal fracasado. El mapa rosa

En 1876 se reunía en Bruselas la Conferencia Geográfica, patrocinada por Alemania y Francia, cuyo principal objetivo consistía en detener la imparable expansión británica en el continente africano. El objetivo inglés estaba claro: establecer un pasillo de norte a sur de África con territorios directamente bajo su control.

En 1880, las colonias portuguesas efectivas en África, se limitaban a zonas costeras entorno a Angola y Mozambique con escasa profundidad en el interior. Pero las pretensiones de Portugal resultaban mucho mas ambiciosas, pues reclamaban la soberanía de no solamente de amplias franjas del interior de los territorios indicados, sino que incluso pretendían establecer al igual que los británicos, un corredor que conectara sus posesiones del Océano Atlántico con el Índico. Fue el llamado Mapa Color Rosa.
 
Esta ocupación portuguesa chocaba claramente con la ambición inglesa de atravesar África de un extremo al otro. Por otra parte ante tales pretensiones, La Conferencia de Berlín de 1884-1885 estableció un nuevo derecho colonial, en el que se obligaba a la ocupación efectiva de los territorios, sustituyendo cualquier derecho histórico sobre la zona.

Portugal no renunciará fácilmente a sus ambiciones, y entre 1885 y 1890 organizó diversas expediciones para intentar ocupar mínimamente el interior de Angola y Mozambique. Sin embargo, no disponía ni del tiempo ni de los recursos necesarios para tan ingente empresa.

En 1886, Francia y Alemania, saltándose claramente el tratado de la Conferencia de Berlín, firmaban un acuerdo con Portugal en el que se aprobaba el gran proyecto Rosa. Todo ello con el fin de detener el avance británico.

Pero Inglaterra no podía quedarse de brazos cruzados; y tras diversos ultimátum y amenazas de guerra, el gobierno portugués daba marcha a su proyecto. La firma de un tratado en 1891 entre Inglaterra y Portugal, dejaba Rhodesia en manos inglesas y a cambio Portugal obtenía territorios adicionales de Angola, que en un principio se encontraban fuera de los márgenes del mapa que reclamaban.

África era una gran tarta, pero no resultó fácil partirla.