jueves, 15 de septiembre de 2011

¿Qué es la historia y para que sirve?

                                        La Historia, los hombres y el tiempo    

La historia es una ciencia social que estudia el pasado para tratar de comprender el presente y, en consecuencia, proyectarse al futuro. Es decir, el objeto de estudio de un historiador es el pasado de una sociedad y uno podría preguntarse cuál es el sentido de aquello, ¿Acaso sólo por la mera observación o contemplación de lo que hicieron nuestros antepasados?, ¿Acaso para refugiamos en museos o en bibliotecas y archivos aislados del presente?, ¿Sólo por el placer de estar de excavación en excavación desenterrando cadáveres y cerámica rota?, o ¿Sólo para exhibir una sabiduría desmedida y una gran memoria?           


Pensamos que no. La Historia, muy por el contrario,
es una disciplina que está absolutamente vinculada al presente, a los problemas de la actualidad. Los hombres y las sociedades tenemos asuntos por resolver, preguntas, dudas que requieren respuestas y que generalmente afloran en momentos de crisis. En estos casos, es sintomática la necesidad de saber las causas que han producido o han conducido a determinadas situaciones, y es cuando la historia demuestra su utilidad al brindar explicaciones del por qué de las cosas. La historia suele dar respuestas a las interrogantes del presente.
Los hombres y las sociedades solemos ser inconformistas y constantemente estamos soñando con un futuro mejor en el que los problemas estén resueltos. En este sentido, la historia al ofrecer explicaciones del por qué de las cosas, indirectamente está ofreciendo soluciones para mejorar o intentar una mejor construcción de las sociedades. Por ello, si bien es cierto la historia estudia el pasado, está comprometida con los acaecimientos del presente y con los sueños del futuro.

                            ¿Qué es entonces la Historia y para qué sirve?


Hagamos una pequeña encuesta entre nuestros amigos, profesores y parientes, y preguntémosles:
¿Qué es la Historia? Nuestros abuelos, incluso nuestros padres y maestros tal vez nos digan que la historia es la narración de los grandes sucesos como batallas, descubrimientos geográficos, fundaciones de ciudades. También dirían que trata acerca de los grandes hombres que fueron presidentes, reyes, exploradores, generales. Y podrían afirmar que estudiar historia es aprender de memoria una serie de fechas y nombres.

Seguramente esto nos resulta no sólo muy aburrido si no que nos hace sentir que tiene poco que ver con nosotros y nuestras vidas. Lo más probable es que ni nosotros ni nuestros padres hayamos estado en una batalla, ni descubierto algún continente o río, o siquiera visto a un rey. ¿Qué quiere decir esto? ¿Qué nosotros estamos fuera de la historia? De la manera como nos lo plantean podríamos pensar que esto es así, pero, por suerte, no es verdad.
       

¿Por qué nuestros libros de historia hablan siempre de acontecimientos y personajes?
Porque quienes los han escrito han decidido que esos acontecimientos y esos personajes son importantes. Cuando el historiador realiza su trabajo, escoge no solamente un tema, sino también elige la información con la que va a escribir sobre ese tema. Así, a muchos historiadores les ha parecido que para hablar acerca de la II Guerra Mundial, basta presentar una lista de los gobernantes de la época y que dirigieron la guerra desde sus despachos y acompañar esta lista con unas cuantas fechas y batallas como el bombardeo de Pearl Harbor o el desembarco de Normandía.           
Sin embargo, también es importante saber cómo vivía la gente antes, durante y después del enfrentamiento, la vida en las trincheras o lejos del frente, o qué pensaba la gente en este periodo. Entonces será necesario que busquemos otro tipo de información. Así, seguramente comprenderíamos mejor quiénes eran esas personas, cómo vivían y por qué hicieron las cosas que hicieron en ese momento preciso.   

Además del historiador que investiga sobre hechos y mentalidades de todos nosotros, de una u otra forma, ingresamos a participar de la historia mediante la adquisición del conocimiento histórico, sea por el aprendizaje indirecto de un capítulo de ella o por la participación directa en determinados acontecimientos. De manera que, en la práctica social, estas adquisiciones se pueden convertir en una apropiación personal de la historia, y por medio de nuevos aprendizajes y vivencias puede desarrollarse un proceso más o menos consciente en los sujetos individuales y colectivos que les oriente a tener un rol de actores y constructores de la historia presente y futura, porque nosotros somos parte de la historia.

Creemos pues que la Historia nos habla de la manera cómo los seres humanos hemos formado el mundo en que vivimos. La historia es por tanto, además de un proceso real en el que todos estamos inmersos, un conjunto de conocimientos e instrumentos para examinar ese proceso y ello da lugar a la existencia de la historia como ciencia (historia=conocimiento).

Pero no siempre los hombres hemos marchado hacia delante, no siempre hemos progresado. Los hombres hacemos nuestro mundo siguiendo distintos caminos, a veces de manera consciente, otras sin damos cuenta. Hemos formado el mundo tal como es, interactuando con otros seres humanos, con la naturaleza, con las instituciones que contribuimos a crear y mantener (historia = proceso).
                

La historia
sirve para comprender el mundo en que vivimos y cómo el mundo que nos rodea ha llegado a ser lo que es. La historia nos concierne e involucra a todos. Y todos tenemos nuestra historia, todos hacemos historia, incluso todas las cosas tienen historia.

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