lunes, 28 de noviembre de 2011
domingo, 27 de noviembre de 2011
TEMA 3. REVOLUCIONES LIBERALES Y NACIONALISMO. Las revoluciones liberales. La revolucion de 1848. La llegada de las ideas socialistas.
Louis Blanc (1811-1882) Ocupó el centro de la escena en el socialismo francés después de la derrota del levantamiento parisino de 1839. Su libro Organisation du travail (1839), fue una de las obras más leídas en la década de 1840 entre los militantes e intelectuales socialistas. El influjo de Blanc se extendió hasta la derrota de la Revolución de 1848.
Blanc nació en España, hijo de un emigrado francés y de madre española. Fue a Francia durante la Restauración. Se hizo abogado y periodista. Exiliado en Gran Bretaña tras el fracaso de la Revolución de 1848. En 1870 regresó a Francia. Se opuso a la Comuna de París y terminó como representante de una reforma social moderada, actuando generalmente en los radicales-socialistas. Puede ser considerado como un precursor del socialismo democrático moderno.
Apoyaba la democracia representativa basada en el sufragio universal y rechazaba el Socialismo de Estado, según el Estado no debía dirigir la industria, pero sí que ayudar a establecer organismos autónomos mediante los cuales los obreros la dirigieran por sí mismos, eligiendo sus propios jefes y repartiéndose la retribución en forma que se ajustase a una serie general de reglas destinadas a asegurar la distribución justa y la provisión adecuada para mantener el capital disponible y para hacer nuevas inversiones.
Blanc rechazaba la lucha de clases pero creía que la caída del capitalismo estaba próxima, como resultado de las crisis y del desempleo.
En 1848, tras la Revolución ocupará el cargo de ministro de trabajo dese donde promoverá la creación de los Talleres Nacionales para auxiliar a los desocupados. Sin embargo la falta de organización y su escasa rentabilidad hizo que fracasaran. Por ello Blanc, convencido de la falta de interés del gobierno en la instalación de los verdaderos talleres nacionales, pasó a propugnar que fueran los propios obreros los que los instalasen. Propuso el establecimiento de asociaciones voluntarias de productores (sociedades cooperativas de productores). Además estableció el derecho al trabajo y fijó la jornada máxima de trabajo en 10 horas, intentando absorber el enorme paro que asolaba el país.
TEMA 3. REVOLUCIONES LIBERALES Y NACIONALISMO. Las revoluciones liberales. La revolucion de 1830 en la literatura y el cine. Los miserables.
Sin duda, una de las novelas que mejor refleja el contexto del las Revoluciones Liberales es: Los Miserables (1862) ,del célebre autor francés, Victor Hugo. La novela transcurre en Francia, en ambientes rurales y capitalinos. Narra las vidas y las relaciones de varios personajes durante un periodo de veinte años, a principios del siglo XIX, en los cuales transcurren las Guerras Napoleóicas. Principalmente se centra en los esfuerzos del protagonista, el ex-presidiario Jean Valjean, por redimirse, pero también analiza el impacto de las acciones de Valjean a través de reflexiones sobre la sociedad. La obra razona sobre la naturaleza del bien, el mal, la ley a través de una historia que abarca y expone la historia de la Francia revolucionaria, la arquitectura de París, la política, la ética, la justicia, la religión, la sociedad y las clases y la naturaleza del amor romántico y familiar.
El cine ha realizado varias versiones interesantes, en las que destacamos la labor de los actores y, sobre todo, la ambientación. Muy recomendable es la versión rodada en 1998 por Bille August y protagonizada por Liam Neeson, Geoffrey Rush y Uma Thurman.
En esta película se recrea el ambiente revolucionario de la época, en ella podemos ver una revuelta urbana sucedida en 1832 que acabó en fracaso.
En esta película se recrea el ambiente revolucionario de la época, en ella podemos ver una revuelta urbana sucedida en 1832 que acabó en fracaso.
sábado, 26 de noviembre de 2011
TEMA 3. REVOLUCIONES LIBERALES Y NACIONALISMO. Las revoluciones liberales. La revolucion de 1830. La libertad guiando al pueblo.
El 28 de julio de 1830 los revolucionarios liberales franceses derrocaban al rey Carlos X y provocaban la coronación de Luis Felipe de Orleans, el llamado Rey Burgués. Este episodio será el protagonista del cuadro más famoso de Delacroix, la Libertad guiando al pueblo, obra con cierta dosis de alegoría que recoge un hecho contemporáneo. La mujer que representa a la Libertad aparece con el torso desnudo, porta en su mano derecha la bandera tricolor y en la izquierda un rifle. Le acompañan miembros de las diferentes clases sociales - un obrero con una espada, un burgués con sombrero de copa portando una escopeta, un adolescente con dos pistolas, etc. - para manifestar que en el proceso revolucionario ha existido amplia participación. A los pies de la Libertad, un moribundo la mira fijamente para señalar que ha merecido la pena luchar. Con esta obra, Delacroix pone de manifiesto su ideología y su faceta de pintor de su tiempo. La composición se inscribe en una pirámide cuya base son los cadáveres que han caído en la lucha contra la tiranía, cadáveres iluminados para acentuar su importancia. La vorágine de la batalla se manifiesta en la polvareda que difumina los contornos e impide contemplar con claridad el grupo de figuras que se sitúa tras la Libertad. Los escorzos y el movimiento de la imagen vuelven a recordar el Barroco, igual que en la Matanza de Quíos o la Muerte de Sardanápalo. Fue presentado al Salón de 1831 y adquirido por Luis Felipe para el Museo Real.
TEMA 3. REVOLUCIONES LIBERALES Y NACIONALISMO. Las revoluciones liberales. La revolucion de 1820.Lord Byron y Grecia
Poeta británico. Perteneciente a una familia de la aristocracia de su país, perdió a su padre a los tres años. En 1798, al morir su tío abuelo William, quinto barón Byron, heredó el título y las propiedades.
Educado en el Trinity College de Cambridge, etapa en la que curiosamente se distinguió como deportista, a pesar de tener un pie deforme de nacimiento, Lord Byron vivió una juventud amargada por su cojera y por la tutela de una madre de temperamento irritable. A los dieciocho años publicó su primer libro de poemas, Horas de ocio, y una crítica adversa aparecida en el Edimburgh Review provocó su violenta sátira titulada Bardos ingleses y críticos escoceses, con la que alcanzo cierta notoriedad.
En 1809, al ser declarado mayor de edad, Lord Byron emprendió una serie de viajes en los que recorrió España, Portugal, Grecia y Turquía.
En 1815 se casó con Anna Isabella Mibanke, con quien tuvo una hija, Augusta Dada, aunque se separaron al cabo de un año. El personaje libertino y amoral que Lord Byron encarnaba frente a la sociedad terminó por volverse contra él, sobre todo a partir de los rumores sobre sus relaciones incestuosas con su hermanastra Augusta, por lo que terminó por abandonar el Reino Unido en 1816, para no regresar jamás y convertirse en poeta errante por Europa.
En Suiza, de donde había llegado procedente de Bélgica, Lord Byron convivió con el poeta Shelley y sostuvo relaciones amorosas con Claire Clairmont. Tras una estancia en Génova, se trasladó a Venecia, donde inició, en 1819, una nueva y turbulenta relación amorosa con la condesa Guiccioli y llevó una vida fastuosa y salpicada de escándalos; más tarde fue a Ravena.
En 1822, y junto a los poetas Shelley y Leigh Hunt, fundó en Pisa la revista The Liberal, cuya publicación se interrumpió enseguida debido a la muerte del primero y a la disputa de Byron con Hunt.
Orientado cada vez más hacia la causa liberal, en 1823, a raíz de la rebelión de los griegos contra los turcos, Lord Byron reclutó un regimiento para la causa de la independencia griega, aportó sumas económicas importantes y se reunió con los insurgentes en julio de 1823 en Missolonghi. Murió de unas fiebres en esta misma ciudad poco después, a los treinta y seis años de edad.
La fama de que gozó en su época se ha visto reducida en gran medida con el paso de los años y el aumento de la perspectiva histórica. Se ha discutido el valor literario y sobre todo el carácter innovador de sus composiciones líricas, mientras que su facilidad versificadora y su expresión ágil e incisiva mantienen el interés de sus sátiras y composiciones narrativas.
Byron encarnó para sus coetáneos el ideal del héroe romántico, tanto en su obra como en su vida, y como tal fue considerado y admirado por no pocos escritores, José de Espronceda y Gustavo Adolfo Bécquer entre ellos.
domingo, 13 de noviembre de 2011
TEMA 3. REVOLUCIONES LIBERALES Y NACIONALISMO. La Revolución Francesa. Texto
¿QUÉ ES EL TERCER ESTADO?
El 14 de julio de 1789 los ciudadanos de París tomaron la prisión de la Bastilla, lo que marca simbólicamente el comienzo de la Revolución Francesa y el fin del absolutismo monárquico, sustentado en la doctrina del origen divino de la autoridad real.
Hacia 1789 la sociedad francesa -gobernada por el rey Luis XVI- estaba compuesta por tres sectores sociales llamados estados u órdenes: por un lado la nobleza a la que sólo se accedía por nacimiento; por el otro, el clero y por último, el Tercer Estado. La nobleza y el clero constituían estamentos privilegiados, grupos minoritarios que eran dueños de la tierra, no pagaban impuestos y recibían diezmo o tributo por parte de los campesinos.
El Tercer Estado comprendía al 98% de la población, y estaba integrado por una incipiente burguesía, artesanos, funcionarios menores, comerciantes, campesinos libres, muy pequeños propietarios, arrendatarios, jornaleros, proletarios urbanos, y siervos. El Tercer Estado carecía de poder y decisión política. Sobre él recaían los trabajos más duros. No tenía ningún derecho y pagaba todos los impuestos. Las exacciones fiscales de los campesinos llegaron a absorber hasta un 70 por ciento del ingreso.
Francia se había visto envuelta en una serie de guerras desastrosas, que significaron la pérdida de la mayor parte de sus posesiones de ultramar y el agotamiento de los recursos. Una serie de malas cosechas agravarían la situación, disparando el precio del pan. En vísperas de la revolución, éste llegó a representar el cincuenta por ciento del ingreso de la gente pobre. La mayoría de la población se vio así sumida en la miseria, pero el rey y la nobleza ostentaban un lujo y un despilfarro dignos del esplendor de otras épocas.
En este clima de efervescencia social, durante los últimos meses del año 1788 y los primeros del siguiente, aparecieron en Francia infinidad de escritos destinados a impugnar el orden existente, pero ninguno impresionó tanto como el panfleto del abate Emmanuel Joseph Sieyès, uno de los más esclarecidos representantes del Tercer Estado. Reproducimos a continuación, algunos fragmentos de su folleto, ¿Qué es el Tercer Estado?, un documento contra los privilegios que resulta clave para explicar tanto el advenimiento de la clase burguesa al poder como la doctrina del poder constituyente del pueblo.
El plan de este escrito es muy simple. Nos hacemos tres preguntas:
1º. ¿Qué es el tercer estado? Todo.
2º. ¿Qué ha sido hasta el presente en el orden político? Nada.
3º. ¿Qué pide? Ser algo.
¿Quién se atrevería a decir que el estado llano no contiene en sí todo lo necesario para formar una nación completa? Es un hombre fuerte y robusto que tiene un brazo encadenado. Si se hiciera desaparecer el orden privilegiado la nación no sería algo menos sino algo más. Y ¿qué es el estado llano? Todo, pero un todo libre y floreciente. Nada puede funcionar sin él, todo marcharía infinitamente mejor sin los otros. No baste haber mostrado que los privilegiados, lejos de ser útiles a la nación, no pueden sino debilitarla y dañarla. Es menester probar aún que el orden noble no entra en la organización social; que puede ciertamente ser una carga para la nación, pero que no sabría formar una parte de ella (...).
El orden noble no es menos ajeno entre nosotros, por sus prerrogativas civiles y públicas. ¿Qué es una nación? Un cuerpo de asociados que viven bajo una ley común y están representados por la misma legislatura. ¿No es evidente que la nobleza tiene privilegios, dispensas, incluso derechos separados de los del gran cuerpo de ciudadanos? Por esto mismo sale de la ley común, y por ello sus derechos civiles lo constituyen en pueblo aparte dentro de la gran nación.
Respecto a sus derechos políticos, también los ejerce separadamente. Tiene sus representantes que no están encargados en absoluto por procuración de los pueblos. El cuerpo de sus diputados se reúne aparte. Pero aún cuando se reuniera en una misma sala con los diputados de los simples ciudadanos, no es menos verdad que su representación es distinta por esencia y separada. Es ajena a la nación por principio, puesto que su misión no emana del pueblo, y por su objeto, puesto que consisten en defender no el interés general, sino el particular.
El estado llano abarca todo lo que pertenece a la nación y todo lo que no es el estado llano no puede contemplarse como representante de la nación. ¿Qué es el estado llano? Todo (...).
Es preciso entender por tercer estado el conjunto de ciudadanos que pertenecen al orden común. Todo el que es privilegiado por la ley, de la manera que sea, sale del orden común, es excepción de la ley común, y en consecuencia no pertenece al tercer estado. Una ley común y una representación común es lo que hace una nación; es demasiado cierto, sin duda, que no se es nada en Francia cuando no se tiene para sí más que la protección de la ley común. Si no se tiene algún privilegio, es preciso resolverse a soportar el desprecio, la injuria y todo tipo de vejaciones. Para impedir ser aplastado del todo, ¿qué le queda al desgraciado no privilegiado? (...).
Primera petición: Que los representantes del tercer estado no sean elegidos más que por los ciudadanos que pertenecen verdaderamente al tercer estado. (...).
Segunda petición: Que sus diputados sean iguales en número a los de los dos órdenes privilegiados (...).
Tercera y última petición: Que los Estados Generales voten no por órdenes, sino por cabezas (...).
En este estado de cosas, ¿qué le queda por hacer al tercer estado si quiere verse en posesión de sus derechos políticos de una manera útil a la nación? Se presentan dos medios para conseguirlo. Siguiendo el primero, el tercer estado debe reunirse aparte, no concurrirá con la nobleza y el clero, no si quedará por ellos, ni por órdenes ni por cabezas. Ruego que se preste atención a la diferencia que hay entre la asamblea del tercer estado y las de los otros órdenes. La primera representa a veinticinco millones de hombres y delibera sobre los intereses de la nación. Las otras dos, aunque las consideremos justas, no tiene poderes más que de unos doscientos mil individuos y no piensan más que en sus privilegios. Se dirá: el tercer estado sólo no podrá formar los Estados Generales. ¡Tanto mejor! Compondrá una Asamblea Nacional.”
Ideas o conceptos importantes:
"Que los representantes del Tercer Estado sean elegidos por ciudadanos que pertenecen verdaderamente al Tercer Estado"
"Que los Estados Generales voten no por órdenes, sino por cabezas"
"El Tercer Estado debe reunirse aparte, no concurrirá con la nobleza y el clero"
martes, 8 de noviembre de 2011
lunes, 7 de noviembre de 2011
miércoles, 2 de noviembre de 2011
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